lunes, 2 de mayo de 2011

Conectados y Encendidos

En esta era electrónica todo parece depender de aparatos y dispositivos, pero a la hora de adquirir uno, nos interesa verlo conectado y encendido, es una garantía de su funcionamiento.

Pudieras ir a una lavandería porque escuchaste que tiene mayor numero de maquinas que cualquier otra en la ciudad, y consideras que allí terminarías tu lavado más rápido, por la cantidad de maquinas que aceleran el proceso, pero si al llegar te das cuenta que solo una parte de las maquinas están conectadas y encendidas, podrías pasar allí igual o mayor tiempo que en cualquier otra lavandería.

Pero la condición de esta lavandería no disminuye el número de maquinas a la hora de contar, pero si disminuye su capacidad a la hora de medir la productividad.

Similar entre nosotros como cristianos, pudiéramos ser muchos en el grupo juvenil de la iglesia, pero ¿Cuántos de nosotros estamos conectados y encendidos?

Puede que solo seamos maquinas para ser contadas, pero que nada aportemos a la funcionalidad del grupo, porque para producir es necesario que estemos conectados y encendidos.

Los clientes depositan sus ropas sucias para que sean lavadas y blanqueadas en las maquinas que están en servicio, las demás son ignoradas y pronto pasaran a ser asientos para descansar, o depósitos de cualquier cosa, y finalmente irán a parar al vertedero de chatarras.

Valdría la pena preguntar si realmente estamos conectados y encendidos…